martes, 15 de septiembre de 2015

Ricardo Rojas Ayrala


Ricardo Rojas Ayrala nació en Buenos Aires, en 1968. Poeta y narrador, obtuvo del Tercer Premio Municipal de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires, bienio 2000-2001. Fue, además, distinguido por la Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación de la Presidencia de la Nación Argentina, Promoción a la Edición de Literatura Argentina, en 2001. Fue finalista del concurso Internacional Poesía en tierra, organizado por el Centro de Cultura de España, en la Argentina, y la editorial Fondo de Cultura Económica, de México en 2003. Fue honrado con el Fondo Metropolitano de las Artes y las Ciencias, de la Ciudad de Buenos Aires. Resultó ganador del premio Le Mie Parole Altrui, en Italia, con traducción de la doctora Pamela Cologna, auspiciado por Giovane Holden Edizioni en 2007. Fue finalista del V Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora.
Publicó: Sin conchabo corazón (poesía, 1993); Fabulosas alimañas de la pampa (narrativa, 1996), Hazañas y desventuras de Amulius y Numitor (narrativa, 1999), Caligramas (poesía, 2000), Miniaturas Quilmes (narrativa, 2001), La lengua de Calibán (poesía, 2005), Obispos en la niebla (poesía, 2005), Quaestiones politicae (narrativa, 2006), Argumentos para disuadir a una jauría y otros usos civiles (poesía, 2013) y Las nubes (poesía, 2015).

***

Horror vacuii

Gagarin sabe que la tierra
no es más que una quimera de los hombres,
confinados a este mundo, tan confiados.
Hay algo allá afuera que da pavura,
¿eso será lo que realmente nos mide?
Tan diminutos
los magníficos emprendimientos humanos,
aun los mil seiscientos kilómetros
de la gran muralla china resultan,
en la altura,
un insignificante verme...
Gagarin sabe pero no cuenta,
nada dice,
nada,
apenas sopla su té
que sorbe con estudiada parsimonia.


Tibias porfías

El viento y Plinio:
en el medio de tal porfía castillos, médano,
cuentos y espejismos sospechosos de toda laya,
pájaros que no pueden ser imitados, sirenas, moros,
moscas, ruda soldadesca, molinos,
animales de fuego, toda la china inexplicable,
otros animales que son del mandarín,
un mentiroso llamado Marco Polo
y un espía conocido como Mr. Burton,
el adelantado Don Pedro de Mendoza,
el alba y la aurora, rezos incomprensibles,
infinitos negros con tambores y grilletes,
una montaña de té, las tres gracias,
la peste bubónica, dos monos caí, (...)
Ho Chi Minh, y la nada espesa.
Tantos años después:
piedra sobre piedra en el pellejo del hombre.
¿Con cuál argumento exacto,
más drogados, emperifollados y soberbios,
alguien pretende detener lo que sopla?

0 comentarios:

Publicar un comentario