viernes, 18 de septiembre de 2015

Ricardo Costa


Ricardo Costa es docente, escritor y promotor de lectura. Reside en la ciudad de Neuquén, Patagonia. Obras publicadas: Casa mordaza (Libros de Tierra Firme, Bs.As 1990); Homo dixit (Libros de Tierra Firme, Bs.As1993); Teatro teorema (Libros de Tierra Firme, Bs.As1996); Danza curva (Ed. Del Dock, Bs.As 1999); Veda negra (Ed. Del Dock, Bs.As 2001),  Mundo crudo: Patagonia satori (Ed. Limón, Bs.As 2005); Fenómeno natural (CODIC. Premio Adúriz 2012) y Crónica menor: antología mezquina (Ed. Con DobleZZ, 2015).
En 2007 publicó el ensayo Un referente fundacional. Ed. El Suri Porfiado. Bs. Aires 2007.
En 2011 publicó la novela Fauna terca. Ed. El Suri Porfiado.
Algunos reconocimientos: Concurso Becas y Subsidios a la Creación Artística- Fundación Antorchas 1995; Primer Premio Fondo Nacional de las Artes 1998; Tercer Premio Concurso Iberoamericano de Poesía Neruda, Temuco, Chile 2000;  Conc. Poesía en Tierra. Fondo de Cultura Económica-Centro cultural de España 2004; Primer Premio II Concurso Nacional de Poesía Javier Adúriz 2012.

En 2008, en México, su obra Mundo crudo: Patagonia satori fue ganadora del Premio Internacional de Poesía Macedonio Palomino para obra publicada.

* * *

Una naranja

EL cuchillo recorta circularmente la naranja
bajo su cáscara.
Hace correr el jugo entre el filo y la pulpa,
marcando el cauce de un camino líquido 
que rodea a la fruta para venirse a tu mano.
Viéndote ejecutar esa maniobra, pienso que
algo terrible ocurriría con mi corazón
si tu apetito cayera en desgracia.
Ese movimiento giratorio, ese descascarar
en crudo para llegar al brillo de la pulpa,
daría con la parte más débil de un hombre
y la desnudez de su sangre brotaría hasta
manchar sus ojos de la manera más vergonzosa.
La diferencia la marcaría el ángel que mueve
tus manos.
Porque la fruta gira entre tus dedos para que
su carne se abra por entero a la luz.
En cambio, un corazón se pudre si no se lo corta
en el momento preciso.
Queda dudando lejos, cavado en una ruina oscura,
a treinta y cinco centímetros por debajo
de la boca.

(de Mundo crudo: Patagonia satori)


Fenómeno natural

El viento aniquila la luz en esta parte del mundo.
Cada vez que sopla contra la casa, nada parece merecer 
la más mínima contemplación. 
Yo pensaba que una familia entera estaría abrazándose 
ahora mismo bajo las cobijas y rogando por la clavadura 
de las chapas contra el techo.
Ruedan botellas en el patio.
Se desgaja la ropa colgada. 
Un pollo escapa y resiste bajo el piletón de lavar.
Todo el aliento muerto de la miseria parece ahogarse 
contra esas cuatro paredes. 
Sin embargo, en apoyo oblicuo contra el viento, 
la hija sale de la casa, se acurruca junto al pollo 
y comienza a cantarle suave.
A pesar del temporal, ella cree que el amor es un fenómeno natural 
que habita en lo más pequeño de la estepa.
Por eso abraza al animal y se convence de que la brutalidad del aire
es un mundo vacío que va muriéndose de a poco.

(de Fenómeno natural)

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